Derrota deprimente

Cabía la esperanza de ganarle al Xerez y demostrar que, en otras circunstancias, el Murcia habría optado al ascenso. Cabía la esperanza de resultar vencedor del enfrentamiento ante el líder y mostrarse como un equipo que, de no haber escrito Clemente su nombre en la historia grana, podría haber luchado por subir a Primera División. Ser mejores que el mejor.

Sin embargo, el Xerez tiró por tierra todas las ilusiones que albergaba el Murcia de un plumazo. Con un juego sobrio y sólido, con once jugadores bien plantados y con un buen trabajo a balón parado (ayudado en gran medida por el portero del Murcia), se ha impuesto por 1-2 y vuelve a recuperar el liderato después de que le adelantase ayer el Tenerife gracias a su empate ante el Rayo Vallecano.

Sorprende que fuera el Murcia quien saliese con aviesas intenciones al campo. Comenzó más arriba que el Xerez, con sensaciones más positivas que otra cosa. Pero el primer gol llegó muy pronto y noqueó a los de José Miguel Campos. Abel (que no le valía a Clemente...) botaba una falta que remataba Crespí a gol. La defensa, a verlas venir. Carini, a por uvas.

Con el gol, el conjunto andaluz se hizo con el mando del partido. A pesar de ello, el Murcia aún gozó de alguna aproximación a la portería de Chema, aunque sin concretar nada serio.

Tras la reanudación, Sikora (que sustituyó a un inoperante Montoro al descanso) y De Lucas pudieron empatar en sendas ocasiones. Pero la suerte le fue esquiva al Murcia, que vio cómo, llegado el 56 de partido, Xisco Campos se metía un gol en propia puerta en un nuevo fallo de Carini, que se quedó a media salida, tras un saque de falta de Abel.

Para más inri, el conjunto entrenado por José Miguel Campos se quedaba con diez algunos minutos después por expulsión de Capdevila (junto a él, se pierden el próximo partido por sanción Movilla y De Coz).

Con 0-2 José Miguel Campos quitaba del campo a Despotovic (sin molestias aparentes) para dar entrada a Aquino. Cuando más necesitaba piezas ofensivas, reservó al serbio, que, dado que el Murcia dominó el tramo final del choque, habría venido muy bien para colgar balones al área xerecista. Pero cuando más se le necesitaba, Ranko estaba fuera.

Luego entró Gallardo por Ochoa (para recomponer el equipo tras la expulsión y poner a Bruno de central). El muñeco salió y revolucionó el partido. Con sus fintas, quiebres y recortes, Gallardo volvió loco a su par y, encima, marcó el golito grana en el minuto 84. Tras su particular calvario, se reivindicó con lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol.

Los últimos diez minutos fueron los más intensos del choque. El Murcia se tiró arriba a la desesperada, a quemar las naves. Y pudo servirle, ya que el árbitro se tragó un penalti por mano en el área xerecista bordeando el minuto 90.

Fue Lizondo Cortés el tercer factor por el que el Murcia perdió el partido. Tuvo el pito caliente durante todo el encuentro, pitando en contra del Murcia cada choque y cada caída de jugadores del Xerez. Para colmo, se piden dos penaltis a favor del equipo local: uno en la primera parte al caer De Lucas en el área y el otro por mano cuando más apretaba el Murcia, ya casi al final.

El conjunto grana no mereció ganar, quizá tampoco empatar, y sin embargo pudo hacerlo visto lo visto.

Pero la inseguridad de Carini, la poca fe de Campos y el mal arbitraje, convirtieron la tarea de puntuar en un imposible. Entre todos lo mataron y él solo se murió.